EL EXTRAÑO HEXÁGONO DE SATURNO PODRÍA TENER EXPLICACIÓN
El enorme y misterioso hexágono en el Polo Norte de Saturno
puede por fin tener una explicación.
La extraña configuración hexagonal de nubes se descubrió por
primera vez en 1988 por los científicos que revisaban los datos de los
sobrevuelos de Voyager sobre Saturno en 1980 y 1981, pero su existencia no
se confirmó hasta que la sonda Cassini de la NASA observó en primer plano
el planeta anillado años más tarde.
No se ha observado nada como el hexágono jamás en otro
mundo. La estructura, que contiene una fuerte tormenta en su centro, tiene un
diámetro de unos 32 000 kilómetros, y las imágenes térmicas demuestran que
alcanza aproximadamente los 100 kilómetros hacia abajo en la atmósfera de
Saturno.
Los científicos han propuestos diversas explicaciones para
el origen del hexágono. Por ejemplo, el agua que gira dentro de una cubeta
puede generar remolinos que tienen depresiones centrales con formas geométricas. Sin embargo,
por supuesto, no hay una cubeta gigante en Saturno conteniendo este descomunal
hexágono.
Voyager y Cassini identificaron muchas características
de este extraño hexágono que podría ayudar a explicar cómo se formó. Por
ejemplo, los puntos del hexágono rotan alrededor de su centro casi exactamente
al mismo ritmo que Saturno rota sobre su eje. Además, una corriente en chorro
de aire, muy similar a las que vemos en la Tierra, fluye hacia el Este de
Saturno a aproximadamente 320 km/h, en un camino que parece seguir el contorno
del hexágono.
Ahora, los investigadores han desarrollado un nuevo modelo
que sugieren que encaja con las características del hexágono mejor que los
intentos anteriores.
“Con un modelo muy simple, hemos sido capaces de encajar
muchas de las propiedades observadas del hexágono”, dice el autor principal del
estudio Raúl Morales-Juberías, científico planetario en el Instituto de Minería
y Tecnología de Nuevo México a Space.com.
Los científicos ejecutaron simulaciones informáticas de un
flujo en chorro con dirección Este en un camino curvado cerca del Polo Sur de
Saturno. Pequeñas perturbaciones en el chorro, del tipo que se esperarían al
chocar con otras corrientes de aire, hicieron que tomase la forma
hexagonal. Además, este hexágono simulado gira alrededor de su centro a una
velocidad cercana a la del real.
El escenario que mejor encaja con el hexágono de Saturno
implica unos chorros superficiales al nivel de las nubes, dicen los miembros
del equipo que realizó el estudio. Los vientos por debajo de la nube,
aparentemente ayudan a mantener definida la forma del hexágono y a controlar la
velocidad de deriva del mismo.
Distintos modelos, tales como los que implican vientos a
mayor profundidad en la atmósfera, o no tener en cuenta los vientos bajos, no
encajan tan bien con el hexágono de Saturno. Por ejemplo, podría dar como
resultado una estrella de seis puntas, o formas con más o menos de seis
vértices, o seis pares de tormentas con una configuración hexagonal.
Morales-Juberías querría ahora comparar esta nueva
investigación con los modelos de otros equipos para ver cómo si sus
conclusiones se mantienen. Él y sus colegas detallan sus hallazgos en el
ejemplar de junio de la revistaAstrophysical Journal Letters.