Es
sorprende el título ¿Verdad? Pues desde mi punto de vista creo que se os van a
poner los pelos de punta con la historia de a continuación...
El Valle de
la Muerte es la parte más baja, caliente y seca de Norteamérica. Apenas caen
unas pocas gotas de lluvia a los largo del año y las temperaturas oscilan entre
los 50ºC por el día hasta los -10ºC por la noche. En este valle, la vida es muy,
únicamente una o dos veces al año se puede ver un florecimiento de las semillas
que quizá llevaban años esperando las lluvias.
Raramente hay
un fenómeno abstracto difícil de resolver y es que son las rocas las que
parecen tener vida propia. Desde que se canalizó el valle se ha comprobado que
hay rocas que se han movido, que a lo largo del tiempo se han desplazado y que
a su paso han dejado su rastro... como si hubiesen sido empujadas por alguien o
algo. Pero claro... en este valle no hay nadie que se dedique a empujar
piedras. ¿Qué sucede pues? Pues bien, a lo largo de los años, se han dado
numerosas explicaciones: desde corrientes telúricas, el viento, corrientes de
agua, o una combinación de ambos. La teoría que más gusta a expertos y
geólogos, y que tienden a explicar es que después de unas escasas lluvias,
durante la noche, se produce la congelación del suelo y que el hielo forma una
película por donde puede deslizarse la roca. En el momento que hace viento, las
piedras son empujadas… Pero esta teoría (que en principio parece razonable)
tiene muchos fallos, por ejemplo:
1º- Si fuera
así, esto sucedería en otras partes del mundo donde hubiera hielo e hiciera
aire. Pero solo se ve en el Valle de la Muerte.
2º- Otro
razonamiento que parece desmontar esta teoría es el peso de algunas piedras que
superan los 350 kg. Ni siquiera los tornados pueden mover una roca así, además
si pudiera, el mismo viento borraría las marcas. Y ni si quiera todos los días.
3º- Y por
último, ¿cómo puede ser que si son empujadas por el viento, algunas vayan en
dirección contraria a otras? ¿No deberían moverse en la misma dirección?